Copyright: Edgardo Donato Díaz

lunes, 30 de octubre de 2006

Vital ensoñación

Te puedo acariciar... ¡Eternamente!
con cada verso de mi pobre letra...
Porque la letra es pura consecuencia
de una entrega total y sin reservas.

Puedo escribir sin límites mi prosa
en el tiempo y espacio en que me encuentre.
pues no existen prisiones ni mesuras
que logren apartarme de este ensueño,
de esta sensual pasión, que se nos trepa,
cual vendaval que arrasa con empeño
la frigidez trivial de nuestros cuerpos
y cede a la tormenta de este fuego.

¿Como frenar del corazón los arrebatos
-ese tuyo..., ese mío..., ese de ambos-
y no cruzar los montes y los llanos
cuando se encienden las velas de tu cuarto?
¡Si la entrega es total, cuando me encuentras...
y yo te encuentro, casi sin pensarlo...!

¿Porqué tentar, la incertidumbre bruna,
y abandonar el clandestino empeño?
Desandar, sin motivo, estas pasiones
para vivir con la ansiedad a cuestas.
Sintiendo ese temor, que al despertarme,
pudiera hallar la ausencia de este sueño,
y no habite en tus ojos, la respuesta,
a este ensueño vital, de ser tu dueño.

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