Es un andar sin rumbo, sin destino,
mas sigo andando igual a pesar mío.
Y no puedo parar,
debo seguir y soportar,
andar sin pausa un mundo que no es mío...
¡Y hago!
Hago en nombre de Dios, o del dinero
y también por aquello que yo quiero.
Yo quiero lo que tú y tú quieres lo mío,
la cuestión es alcanzar gran poderío
acaparando poder sin reticencias
para poder quedarme con lo mío
y un poco más,
tal vez,
si aplico el frío de la picana cruel o del
garrote impío.
Para encontrar la paz es que guerreamos,
para salvar la vida nos matamos.
No reconozco amor, si no es profano
porque no busco amar, sino
¡Ser amo!
Y ensayamos hipócritas arengas
sin dejar de pensar en nuestro antojo,
estudiando, por el rabillo del ojo,
cómo salir ganando de esta senda
y avanzamos en nuestra danza estúpida,
Como perro que trata de alcanzar su cola,
chapaleamos afanosos el estiércol
y ese río de sangre que se inmola.
Y no hay bandera a media asta que nos
cambie
ni agua bendita que acabe con la sangre
que ensucia hasta mis manos
por la sola razón de ser,
también,
un ser humano.
Busco la culpa en otro y así lavo mi culpa;
doy consuelo a la pena del doliente,
y me olvido que soy condescendiente
¡Y víctima!
¡Y artífice!
De toda esta locura.
¿Cuántos son los minutos de silencio
que pudieran honrar las muertes de la
historia?
Debiéramos, un día, poder parar el tiempo
y observar nuestro accionar eternamente
aunque aún así, quizás, nunca se llegue
a mensurar tamaña desmesura,
ni el despropósito engendro de locura
que por la humana condición vamos
sembrando.
Veo a mi hermano matar a mi otro hermano,
y a otro hermano que se arma en su defensa
¡Y allí voy yo!
¡Presto a terciar!
Para lavar la ofensa,
armado con mi lápiz en la mano
Con esta carga de ser un ser humano.
En esta humana sinrazón que me
avergüenza...
"Por la Paz"
©Copyright 2004 - Edgardo Donato Díaz - "Inquietudes"
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